miércoles, mayo 14, 2008

DIARIO DE A BORDO. LA LLEGADA AL BARCO

Hola,
Estamos en nuestro segundo día de crucero y los estamos pasando como nunca.


El viaje en avión fue muy tranquilo y el desplazamiento al puerto lo hicimos en taxi. Realmente nos salió muy económico y nos ahorramos los traslados de maletas en los trasbordos con el peligro de perder o que nos robasen alguna.
En el barco aún estamos un poco perdidos. Es un auténtico laberinto. Aunque Roberto y Borja ya saben llegar ellos solos al camarote (yo, que presumo de buena orientación estoy empezando a situarme hoy).
No sé cómo contaros las cosas. Son muchas nuevas experiencias y sé que me voy a atropellar. Intentaré ir por orden, aunque no prometo nada.


Al llegar al puerto tuvimos que hacer mucho papeleo. Como somos mil pasajeros nos llevó mucho tiempo. Así que llegamos tarde al barco. Cuando localizamos la habitación ya estaban las maletas colocadas delante de la puerta.


Las deshicimos, colocamos la ropa en los armarios y nos fuimos a comer.


Lo de la comida es una locura, un buffet libre en el que no sabes qué escoger de tanta variedad que hay. Como era tarde hicimos una selección a la carrera ya que otros pasajeros hambrientos nos estaban empujando para que acabásemos rápido.


Después de comer fue el simulacro de emergencias. Fue muy divertido vernos a todos con los chalecos buscando las zonas de emergencia.
Más tarde dimos paseos por todo el barco.


Tiene ocho cubiertas que nos recorrimos enteritas y en las que visitamos todos los lugares de interés hasta que llegó la hora de prepararnos para el espectáculo de bienvenida.


Hoy pudimos asistir con vestido informal. El maestro de ceremonias es Félix el Gato y nos presentó un espectáculo bonito y divertido que nos entretuvo hasta la hora de la cena.
En la cena nos pusimos las botas, la carta está muy bien y dan ganas de pedir que te pongan todo. El trato de los camareros fue excepcional, así que siempre que podamos iremos al restaurante en lugar del buffet, ya que nos ayuda mucho el no tener que ir con las bandejas de la comida de un lado para otro.
Lo mejor de todo es el trato del personal de a bordo. Ves cómo le hacen la pelota a todo el mundo y lo hacen muy bien. Pero con nuestro grupo creo que es diferente porque se vuelcan con los chicos y no con Alex o conmigo. Están muy pendientes de ellos y se ve que se sienten a gusto con el grupo.
Después de la cena nos fuimos al pub, tomamos unos san francisco y nos sirvieron unos snacks. Luego, unos decidieron salir a dar un paseo y otros ir a la discoteca. A la una y media nos fuimos para los camarotes después de un largo día que comenzó a las 5:30 de la mañana.

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